La fiesta del fútbol italiano había llegado y ésta vez tenia dos invitados muy especiales. Por una lado la Juventus de Turín, campeona del scudetto después de 9 años, invicta en toda la temporada y con el adiós de su capitán, leyenda y símbolo Alessandro del Piero en mente. Por otra parte se encontraba el Nápoles, que quería conseguir su cuarto título copero de su historia y cerrar una campaña en la que han ido de más a menos.
El Estadio Olímpico de Roma estaba preparado y vestido de gala, lleno hasta la bandera. Era un día de despedidas: Del Piero jugaría su último partido y quién
Alessandro Del Piero en su último partido
sabe si Lavezzi y Cavani, eternos pretendidos por los gigantes europeos, estarán un año más en Nápoles. Para uno de los dos equipos, la despedida sería triste. Y ésta vez le tocó llorar a la Juventus. Aunque antes de empezar el partido, los dos equipos se unieron para llorar las víctimas del terremoto en Ferrara y la joven muerta en un atentado en Brindisi. A partir de entonces todo fueron sonrisas azzurras.
Pirlo llevaba la batuta de la Juventus, mandando en el centro del campo y en el juego bianconero. Pero el juego vistoso de Nápoles, que a veces regala a sus aficionados, sorprendió a la Juventus, que tuvo que encerrarse y jugar de una forma que casi ya había olvidado, sin mandar.
Con Lavezzi y Cavani como lanzas azzurras, los turineses intentaban crear juego mediante el Mago Andrea Pirlo. Pero el Nápoles se gustaba y jugaba mejor que el campeón de la Serie A. No fue hasta el final de la primera parte que la Juventus recobró el control de un partido que se le estaba atragantando y empezó a atacar el área napolitana. De Sanctis, el portero azzurro, salvó a su equipo cuando el tiempo agonizaba. Poco más en una primera parte en la que el Nápoles mereció mucho más.
Cavani lanzando el penalti que supondria el 1-0
El segundo tiempo fue algo más calmado que el primero, sin el derroche de fuerza, velocidad y pasión en el juego. Además, era la Juventus, comandada por el incansable Pirlo, quien parecía dominar el encuentro ésta vez. Pero todo terminó cuando Storari arolló a Lavezzi en el área pequeña; el árbitro pitó un claro penalti. Cavani no perdonó y marcó el primer gol que empezaba a desmoronar al gigante turinés. Con el marcador en contra, el capitán de la Juventus, el homenajeado Del Piero, se retiró ante los aplausos y coros del Olímpico de Roma. Seguramente no era la despedida que Alessandro había soñado, pero las cosas no irían sino que a peor.
Con el marcador en contra, la Juventus tuvo que lanzarse al ataque. Una y otra vez las embestidas bianconeras se estrellaban contra la defensa napolitana en una noche en la que la suerte que todo campeón debe tener y que había acompañado al equipo durante toda la campaña, pareció abandonarle. El Nápoles jugaba al contraataque y en una de estas carreras vertiginosas Hamsik logró enviar la pelota al fondo de las mallas. Dos a cero, no había tiempo para más. El título se iba a Nápoles 25 años después de que Maradona lo trajera con él.
Lo que debía haber sido una fiesta para la Juventus, acabó siendo su único partido perdido en toda la temporada. Un final amargo para Del Piero. Un dulce caramelo para el Nápoles.
Campeones de la Coppa Italia 2011-2012
A continuación dejo un video-resumen del ambiente que se vivió en el Olímpico de Roma, las mejores jugadas, los goles y la celebración azurra en tan solo 4 minutos.
A la italiana 
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